Debido a la tenacidad y versatilidad que demostraba Santo en el ring, se ganó el respeto de sus contrincantes y la admiración del público que noche a noche llenaba los coliseos en donde el Enmascarado de Plata daba se enfrentaba a sus rivales. Fue rudo y técnico pero, ante todo, fue un peleador honesto que no tuvo que recurrir a trucos ni escándalos para acrecentar su merecida fama.
Debido a sus cualidades luchísticas que junto a su carisma y sencillez, el Santo empieza a adquirir una gran fama, tanto así que se hizo un comic sobre sus aventuras, sin embargo el gran impulsó que forjó su leyenda fue el salto que dio de los rings a las pantallas grande.
El 14 de enero de 1952 comenzó el rodaje de El luchador fenómeno, comedia de Fernando Cortés protagonizada por Resortes; Huracán Ramírez, de Joselito Rodríguez, con David Silva como el luchador enmascarado; y El Enmascarado de Plata, los cuales estaban dirigidos por René Cardona y escrita por Ramón Obón y José G. Cruz, este último el creador de la famosa historieta protagonizada por el Santo.
Debido a circunstancias poco precisas, Santo no fue el protagonista de El Enmascarado de Plata y su personaje fue interpretado por el también famoso luchador El Médico Asesino.
El anhelado debut cinematográfico de Santo ocurrió en 1958 con dos películas filmadas en Cuba y producidas por los hermanos Rodríguez: Santo contra el cerebro del mal y Santo contra hombres infernales. A pesar de la inmensa popularidad del personaje, los productores aún no creían que pudiese convertirse en un imán de taquilla, por lo que la realización de ambas cintas denota un enorme descuido y grandes dosis de improvisación. Como dato curioso, el rodaje culminó un día antes de que Fidel Castro entrara en La Habana y declarase el triunfo de la Revolución.
En Santo contra los zombies (1961) formalmente se incorporó el Enmascarado de Plata al cine industrial mexicano. A partir de esta cinta, su carrera se caracterizó por la variedad de sus aventuras y la diversidad de escenarios en las que éstas se llevaron a cabo. En ese mismo año, Santo se alió con la INTERPOL en Santo contra el rey del crimen, resolvió delitos cometidos en zonas arqueológicas en Santo en el hotel de la muerte y se enfrentó, en un ambiente de western, al diabólico doctor Zuko en Santo contra el cerebro diabólico.
Un año después filmaría una de las mejores películas en su carrera con la cual lograría una singular e inesperada internacionalización gracias a Santo vs. las mujeres vampiro.
El Enmascarado de Plata se enfrentó a las inquietantes vampiresas en medio de un castillo en ruinas, telarañas y tumbas abiertas. Con la ayuda de sofisticadas herramientas -relojes intercomunicadores, videófonos futuristas y autos convertibles- Santo se convirtió en una especie de James Bond enmascarado región cuatro.
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