Fernando Osés y Enrique Zambrano escribieron libretos para las dos primeras películas de Santo, Santo contra el Cerebro del Mal y Santo contra los Hombres Infernales, ambas estrenadas en 1958, y dirigidas por Joselito Rodríguez. La filmación se llevó a cabo en Cuba, y el rodaje terminó un día antes que Fidel Castro entrara en La Habana y declarase la victoria de la revolución cubana.
Ambas películas estaban realizadas con un bajo presupuesto, además de que la improvisación fue más que evidente, sin embargo tuvieron gran aceptación por parte del pueblo mexicano y se convirtieron rápidamente en éxitos de taquilla.
El estilo de las películas que protagonizó Santo fue esencialmente el mismo durante las 52 películas que protagonizó, con argumentos donde actuaba como superhéroe luchando contra monstruos, científicos locos, o crimen organizado.
En algunos países europeos, las películas del Santo fueron consideradas verdaderas "joyas" de un supuesto "cine surrealista mexicano", junto con las películas del célebre actor y director Juan Orol.
En 1977 la Empresa Mexicana de Lucha Libre sufrió una ruptura entre sus elementos. El Plateado culminó su relación con la familia Lutteroth y, al igual
que El Solitario, Tinieblas, Los Villanos y Mil Máscaras, se fue al bando de los ‘independientes’.
Rodolfo Guzmán seguía luchando pero comenzaba a pensar en su retiro. Ya había sufrido un infarto al miocardio y el médico Horacio Ramírez lo apremiaba a tomar la decisión del retiro.
Hubo tres despedidas oficiales: la primera, en el Palacio de los Deportes. La segunda, en la Arena México.
La definitiva en el Toreo de Cuatro Caminos el 12 de Septiembre de 1982. Se reunió de nuevo con sus grandes amigos: "Gori" Guerrero, "Huracán" Ramírez y El Solitario, para enfrentar a la cuarteta integrada por El Texano, El Signo, El "Negro" Navarro y El "Perro" Aguayo, su último gran rival. Los rudos fueron descalificados por exceso de rudeza. Querían darle la despedida que se merecía.
A principios de los años 80, se presentó en el programa "Contrapunto" de Jacobo Zabludovsky, donde el presentador logró lo que nadie pudo hacer en el cuadrilátero: despojar de su máscara a "Santo", dejando ver por primera vez parte de su verdadera identidad.
Una semana después el 5 de Febrero de 1984 al concluir una presentación en el teatro blanquita se sintió agotado y en su camerino se acostó para reposar. Al poco tiempo era trasladado de urgencia al Hospital donde al poco tiempo dejó de existir, víctima de un infarto al miocardio a la edad de 67 años.
Todos los cuadriláteros de la República guardaron un minuto de silencio en memoria de aquel ídolo del pancracio y cine mexicano.
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